Desde siempre he tenido miedo a tener miedo. Siempre he escrito la lista de las cosas que me dan miedo con tinta invisible, porque si hay algo más que me dé miedo que tener miedo es decir que tengo miedo. Pero creedme, se puede hacer listas largas con tinta invisible, y mi lista de miedos es muy larga.
Tengo miedo a quedarme solo. No quiero ser uno más, pero no quiero quedarme solo. Cuando eres chico eso quiere decir que tengo que reirme cuando toca reirese, cuando alguien hace comentarios sobre una chica tengo que responder con un «ya te digo». Aunque los comentarios no sean de mi gusto: Ane es un poco puta, Maria tiene las tetas grandes, no-se-quién es gorda, tu madre es una histérica, tu hermana pequeña es idiota porque ve «Soy Luna».
También me da miedo que me gusten las cosas que me gustan. Porque no siempre me gusta lo que tiene que gustarme. El futbol muchas veces me aburre, otras no. Me da miedo sólamente pensar que me mola un chico, o que al menos me sienta bien estar con él.
Me da miedo tomarme a mi mismo como culpable de nada. Prefiero pensar que no va conmigo, que yo no he sido. Cuando alguien me habla de machismo o racismo, yo por si acaso digo que yo no soy así, y que me parece fatal… Eso si, tengo escrito en un papel en tinta invisible: «si, tu también lo eres».
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