Pues (parece que) no es así

Me siento solo ante el amor, totalmente desarmado. El amor me supera, cuando aparece el amor, me siento super pequeño y no es, como podeis pensar, que no sé que hacer. Todo lo contrario: lo que me asusta es eso, que sé qué tengo que hacer en cada momento. Porque con otros cuentos de mi vida no tengo ni idea de qué hacer y con este tema, ¡zasca! Lo tengo claro, demasiado claro.

Cuando el amor aparece (parece que) tengo que vivirlo con pasión. Siendo chico, el amor tiene que ser apasionado hacia las chicas y (parece que) tengo que vivirlo con vergüenza hacia los chcios. El amor con las amigas y amigos (parece que) no es amor, (parece que) es otra cosa; el amor (parece que) es tan misterioso para todo el mundo, tan inexplicable y al mismo tiempo el epicentro del mundo. Pues yo hace tiempo que dejé de creer que las cosas tan misteriosas e inexplicables tienen que ser el centro de mi vida. Nadie sabe lo que es el amor, pero luego «todo el mundo tenemos que enamorarnos», «no somos nadie hasta que nos enamoramos», «ya verás cuando te pase»… Yo creo que la trampa está aquí.

Claro que quiero querer a la gente, y así lo hago, a un montón, pero eso no quiere decir que me tengo que creer el paquete completo del amor. Que me tengo que enamorar d eun día para otro. Pues no. Que si la gente a la que quiere se lleva bien con otra gente me tengo que sentir mal y enfadarme. Pues no. Que si quiero a alguien en normal que a veces no controlemos y hagamos que la otra persona haga algo que no quiere. Pues no. Que si quiero a alguien, quiero estar toooodo el tiempo con esa persona. Pues no. Que tengo que proteger a esa persona de todos los males de este mundo como si fuera su guardaspaldas. Pues no. Que querer a alguien me da derecho a saber en todo momento dónde, en qué y con quién está. Pues no. Podría seguir, pero ya hay demasiados «pues no» en este texto.

No quiero tener las cosas claras, tampoco en esos momentos en que el amor me «ciega» (¡Oh!). Quiero tener la capacidad para mirarme a mí mismo, a la persona que tengo al lado, a la gente que me rodea y también sentirme/sentir y pensarme/pensar. No quiero mirar al amor como ese balde de agua que nos cae encima, sino como esa reserva de agua que vamos llenando y vaciando día a día, con sus corrientes y olas, claro.

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