¿EL RESTO Y YO?

¡Pero bueno! ¡¡Si ya estamos en septiembre!! ¿Cómo va la crisis post vacacional? ¿Qué tal la vuelta al cole? Por lo pronto, seguro que ya has decidido que dejarás de morderte las uñas, te comprarás una agenda, practicarás la puntualidad como religión y posiblemente te hayas apuntado a clases de guitarra, macramé o a zumba. ¿Y todo por qué? Porque septiembre, junto con enero, es el mes de las buenas intenciones. Los propósitos de curso/año nuevo son algo así como comerte un chicle de menta cuando crees que te huele el aliento… Tú te aseguras a ti misma que esto que acabas de decidir es fabuloso para mejorar la situación que llevas a cuestas… ¿¡Pero surtirá el efecto deseado!?

Total, que en esta vorágine de ideales comienzos de curso, yo creo que puede ser un buen momento para plantearte algo que realmente cambiará tu vida sí o sí. Mira a tu alrededor. Veo, veo. ¿Qué ves? Y no me refiero a montes verdes, el mar cantábrico o una crisis sistémica del heteropatriarcado capitalista.

 

¿Quién te rodea? ¿Cómo es tu familia? ¿Qué tipo de vida social tienes? ¿Sales en cuadrilla numerosa desde que pusiste un pie en este mundo? ¿Eres más de petit comité, con pocas amigas desperdigadas, pero de calidad de la buena? ¿En clase con quién te relacionas? ¿Las extraescolares te han hecho conocer a gente nueva? Igual necesitas unos minutos para pensar en esto… así que… ¡tiempo!

Suele suceder, que a veces, tenemos vidas demasiado repletas de obligaciones, quehaceres y planes como para pararnos a pensar en si realmente estamos siguiendo el camino que queremos. Esta vez, nos centraremos en analizar a quienes tenemos al lado. ¿Has elegido conscientemente ser amiga de tus amigxs? ¿Tienes margen de maniobra a la hora de tomar decisiones sobre tus planes, o deciden los planes por tí? ¿Te apuntas a tantas actividades para tener una vida feliz, que acabas estresada  perdida con la agenda a rebosar y no tienes tiempo ni para saber si realmente estás feliz? ¡Bienvenida al club! En esta sociedad que estamos construyendo, se nos está yendo un poquito de las manos eso de la autodeterminación. ¡¡Y es que deberíamos poder elegir lo que hacemos en vez de dejarnos llevar por el vaivén del ritmo frenético de las rutinas que nos marcan!! Así que ha llegado el momento, querida amiga: hazte un té, siéntate en una silla, coge boli y papel…¡empieza el análisis del gentío que vemos en nuestras vidas a dirario!

via GIPHY

¡¡Hoy vamos a dedicar este post a intentar crear relaciones afectivas y amistosas de calidad!! ¿Estás preparada? Aquí van un par de preguntas para abrir boca… un dos tres responda otra vez:

  • ¿Cuántos contactos tienes en tu agenda de teléfonos?
  • ¿Cuántos amigxs tienes en facebook?
  • ¿Cuánta gente te sigue en Instagram?
  • ¿Cuánta gente fue a tu última fiesta de cumpleaños?
  • ¿Cuánta gente te ayudaría a llevar cajas si mañana tuvieras una mudanza?

Tic tac tic tac…

No soy yo muy buena en matemáticas, pero estoy segura que los números han variado bastante de una pregunta a otra… ¿Por qué? ¿Sabemos diferenciar entre amigxs, colegas y conocidxs? ¿Damos y pedimos atención y cariño de la misma manera a todo el mundo? ¿Por qué?

¿Cuando vas a la frutería, sabes diferenciar los melocotones pochos que están al fondo de la caja? ¿Merecen ser comprados esos melocotones según tú? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué? Todas podemos ser un melocotón pocho y aplastado en algún momento, por la razón que sea, pero ¿sabemos diferenciar qué melocotones pochos son comestibles y cuáles hay que tirar al compost sin contemplaciones para no acabar diarreicas perdidas? Quiero decir, así sin miramientos: ¿cuándo un/a amigx te sale rana, qué demonios haces con ella/él?  ¿Cómo se construye una relación sana, saludable y funcional con otra persona? Y no hablamos sólo de amor en pareja, sino también de amor en amistades o nucleos familiares…

¡¡Todo esto y mucho más, en nuestro siguiente post!! ¡No te lo pierdas!

Guardar

Guardar

Guardar

Guardar