Texto escrito por EMAGIN

La noche, el miedo. Calle. Sola. Miedo. Desconocido. Miedo. Es el imaginario que muchas tenemos sobre la violencia machista. Por lo tanto, que el programa Beldur Barik tenga este título no es casual. El Movimiento Feminista de Euskal Herria lleva años diciendo que quienes hemos sido nombradas y socializadas como chicas* y mujeres* hemos sido educadas en el miedo. El miedo sirve para controlar y dominar los cuerpos y vidas de las mujeres. Es decir, desde pequeñas se nos pide cautela tanto en las relaciones sociales como en el uso del espacio público, lo que nos lleva a pensar que debemos protegernos cada momento. En consecuencia, limitamos nuestros movimientos, detectamos obstáculos para participar en la vida social, desarrollamos relaciones de dependencia con otras personas, no confiamos en nosotras mismas, desconfiamos de los desconocidos, tenemos un sentimiento constante de culpa ante un hecho desagradable y no damos legitimidad suficiente a nuestra experiencia vital. Nos creemos vulnerables y en riesgo permanente, y las instituciones, los medios de comunicación y los entornos sociales que nos rodean nos indican que necesitamos el apoyo de otra persona.

No se nos ha enseñado a decir que no

¿Te ha pasado alguna vez estar a gusto y acaramelada con alguien, ligando, pero en un momento, no querer seguir más y sentirte culpable por no acostarte con esa persona? Si se hace, ¿de quién es el deseo? Decir que no, no satisfacer las necesidades del otro y no ser cordial, va en contra de las reglas de la feminidad que nos hemos tragado, pero las mujeres tenemos nuestras necesidades, nuestros deseos y nuestros derechos. Y la Autodefensa Feminista es aprender a defenderlos.

Sola no puedo, ¡con mis amigas, sí!

Está claro: la autodefensa feminista y el proceso de empoderamiento tienen que ser necesariamente colectivos. Escuchar las vivencias de otras mujeres le hace espejo a una misma y nos ha servido para entender y nombrar aquello que nos pasa. No estamos locas, ni histéricas, no es culpa nuestra, no es natural y no tenemos por qué normalizarlo.

El sistema patriarcal busca la competitividad entre las chicas. Hemos criticado a la de al lado por su vestimenta, por ir demasiado maquillada o por ser obscena. La Autodefensa Feminista también nos da la mirada para deconstruir todo eso. No seremos libres sin la hermandad y la solidaridad entre las mujeres. Juntas somos más fuertes, ¡armémonos de feminismo y emprendamos la Autodefensa Feminista! 

¡El miedo no va a poder con nosotras!

Para leer el artículo completo: Autodefensa_Feminista